La Academia, además del secretario perpetuo, está formada por miembros de número, miembros asociados y miembros honorarios.
La calidad de miembro de la Academia es una dignidad que inspira consideración y refleja el rango científico e intelectual del miembro en cuestión, independientemente de la categoría a la que pertenezca. En todos los casos, la ha de preservar por todos los medios disponibles.
A tal efecto, la Academia y sus órganos deliberativos deben tomar en consideración, en cualquier propuesta para cubrir un asiento vacante, la reputación de la Academia y su rango como institución científica nacional de referencia en los dominios de la ciencia, el pensamiento y la cultura. Por tanto, los candidatos se eligen sobre la base de criterios de excelencia y mérito. Los miembros deben cumplir las condiciones de honorabilidad y respeto, expresar un pensamiento abierto y creativo y estar en posesión de una seria contribución científica, intelectual y cultural en los campos de sus especialidades y círculos de sus intereses.
El número de miembros de número se establece en 30. La calidad de miembro de número se otorga a personalidades científicas de nacionalidad marroquí, nombradas en los términos y condiciones previstos por la ley.
El número de miembros asociados se establece en 30. La calidad de miembro asociado se otorga a personalidades científicas extranjeras, designadas en los términos y condiciones previstos por la ley.
La calidad de miembro honorario de la Academia se otorga a toda personalidad científica que posea la calidad de antiguo miembro de la Academia, tanto si es de número como de asociado. También se puede otorgar a cualquier eminente personalidad que haya contribuido o contribuye a servir y a apoyar los objetivos de la Academia u obre en este sentido.
Su Majestad el Rey, en su calidad de Protector de la Academia, puede nombrar por iniciativa propia, además de los miembros de la Academia arriba mencionados, a uno o más miembros de la Academia como miembros de número, asociados u honorarios, entre las personalidades reconocidas por su notable labor intelectual en su dominio de actividad. La calidad de Académico es de carácter perpetuo; es una dignidad; sólo se pierde por fallecimiento o, excepcionalmente por dimisión o destitución.
En sus relaciones mutuas, todos los miembros deben considerarse iguales en el seno de la Academia, cualesquiera que sean los demás títulos o cargos que tengan o que hayan podido tener.